¿Cómo mantener las alcachofas frescas?

Receta de alcachofas rellenas

RESPUESTA: Las alcachofas no duran mucho tiempo en el frigorífico -sólo de tres a cinco días-, así que si tu huerto ha producido más alcachofas de las que tu familia puede comer, puede que estés buscando formas de conservarlas para que no se desperdicien. Después de todo, no puedes dejarlas en la planta hasta que estés listo para comerlas, o te arriesgas a que tus sabrosas verduras se conviertan en hermosas flores en lugar de seguir siendo sabrosas y comestibles. Por suerte, hay muchas formas de conservar las alcachofas para poder utilizarlas cuando te convenga.

Congelar las alcachofas sobrantes es la forma más común de conservarlas. Sin embargo, antes de congelar las alcachofas, hay que escaldarlas para detener la acción de las enzimas que contienen y que amargarán la carne en el congelador si las alcachofas se congelan crudas. En primer lugar, lava bien las alcachofas. Como han estado en el jardín, los recovecos de sus brácteas pueden contener suciedad, restos o incluso insectos, así que asegúrate de limpiarlas bien.

Cómo conservar las alcachofas

#1. Primero, coge un bol grande. Exprime el zumo de dos limones en 2 ó 3 litros de agua fría y luego echa las cáscaras de limón. Durante el proceso de preparación, mantén las alcachofas preparadas en esta agua hasta que estés listo para cocinarlas o rellenarlas; esto evita que se vuelvan marrones. Mantenga la mitad de un limón fuera del agua para utilizarlo durante el proceso.

#4. Retire y deseche las hojas más externas. Tire de ellas hacia abajo, hacia el tallo. Continúe hacia arriba, arrancando alrededor del 25 por ciento de las hojas exteriores, o hasta que llegue a las hojas que tienen un color verde más claro y parecen más tiernas. Conserva las últimas hojas que hayas arrancado. Échalas al agua, ya que ayudan a hacer un buen zumo cuando prepares alcachofas rellenas.

#5. Con un pequeño cuchillo de pelar, recorta los restos oscuros de las hojas de alrededor del tallo; también pela la piel exterior del tallo para revelar un tallo verde pálido. El tallo es una parte muy sabrosa de la alcachofa; en realidad es parte del corazón.

#6. Corte toda la parte inferior de la alcachofa recortada. Mantenga el fondo y el tallo en el agua con limón. El tallo y la parte inferior recortados pueden utilizarse enteros o en rodajas y colocarse en la fuente de horno junto con las alcachofas rellenas para añadir el sabor de los jugos de la cocción. La alcachofa debe tener ahora una base plana y robusta.

Cómo conservar las alcachofas de Jerusalén

Las alcachofas son una hortaliza muy sabrosa, con un sabor casi a nuez, pero su aspecto puede hacer que a veces resulte un poco intimidante comprarlas. Es cierto que saber qué buscar en una alcachofa puede significar una verdura más deliciosa cuando se come, pero encontrar una alcachofa fresca no es difícil. Una vez que sepas cómo debe ser, sentirse e incluso sonar, podrás elegir la mejor del grupo. Sin embargo, cuando lleves la alcachofa a casa, también es importante que sepas la forma adecuada de almacenarla o habrás perdido tiempo y dinero eligiendo la verdura.

Resumen del artículoPara seleccionar y almacenar las alcachofas, empieza por buscar las que se sientan firmes y pesadas, lo que es una señal de que tendrán buen sabor. Además, asegúrese de que las hojas de las alcachofas sean verdes y estén bien apretadas. Si las hojas son marrones o están sueltas, busca otras alcachofas para comprar. Cuando estés listo para guardar las alcachofas que has seleccionado, rocía un poco de agua en los tallos para que no se sequen. Después, mételas en una bolsa de plástico con cierre y guárdalas en la nevera hasta una semana. Si quieres aprender a preparar la alcachofa después de guardarla, ¡sigue leyendo el artículo!

Cómo congelar alcachofas

Las alcachofas son sorprendentemente versátiles, así que no dejes que su exterior espinoso te impida comerlas al vapor, rellenas, estofadas (o incluso crudas). A continuación, le mostraremos cuatro formas de limpiar y recortar las alcachofas para las recetas. Para todos los métodos, ten a mano un cuenco con agua y dos limones partidos por la mitad. Exprime tres de las mitades en el agua (ver Agua Acidulada, abajo) y reserva una mitad. Mientras trabajas, frota la mitad del limón reservado sobre las superficies cortadas e introduce inmediatamente las alcachofas recortadas en el agua con limón para frenar la oxidación. Moje un paño de cocina limpio en el agua con limón y póngalo sobre las alcachofas para mantenerlas sumergidas.

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